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lunes, 9 de mayo de 2011

CUANDO LOS HIJOS SE VAN


Es ley de vida: un día los hijos se independizan y dejan el hogar familiar. Los padres que han dedicado todas sus energías a su cuidado son más proclives a padecer el síndrome del nido vacío, un problema que se puede prevenir y superar. Los sentimientos de soledad, tristeza y vacío que origina no duran para siempre si se siguen los pasos adecuados.

Este sentimiento de malestar y soledad nace en los padres cuando uno o más hijos se van de casa, ya sea para ir a estudiar a la universidad o para emanciparse. Afecta a quienes tienen hijos u otras personas a su cargo pero, sobre todo, a madres. Las personas que lo padecen suelen ser dependientes, han dedicado toda su vida a los hijos, se ven a sí mismas sin ningún objetivo, obligación o utilidad una vez que los hijos abandonan el hogar; tienen pocas aficiones y, por norma general, no trabajan fuera de casa.

Los sentimientos que afloran son varios: se sienten solos, tristes, inútiles, angustiados y con cierto nivel de ansiedad. Pueden, incluso, padecer trastornos del sueño, como insomnio o frecuentes despertares nocturnos. Su autoestima se puede ver afectada y, en algunos casos, desarrollan síntomas asociados a la depresión, como la fatiga o la falta de concentración. Aunque las principales señales son psicológicas, también pueden experimentar dolores de estómago, dificultades en la digestión o dolores de espalda.

Afecta más cuanto mayor es la sensación de soledad, lo que implica que la permanencia de un hijo o más en el hogar familiar puede aliviar un tanto los síntomas. No obstante, estos no son más acusados si se van más hijos, o menos si se queda alguno en casa, sino que depende del vínculo y dedicación que los padres hayan tenido con cada uno de ellos. Puede que esos lazos y entrega hayan sido muy estrechos con sólo uno de ellos. En ese caso, aunque quede uno o más hijos en casa, la persona puede padecer los mismos síntomas si el que se va es el que se había protegido más. En cambio, los que han sido más independientes durante años, no dejan tras de sí tantos síntomas del síndrome.

¿Se puede evitar el dolor que genera la ausencia de los hijos? Es aconsejable que los padres se preparen para la nueva etapa mientras los hijos aún vivan en el hogar familiar. Esta preparación consiste en ampliar su red social o número de personas que uno tiene a su alrededor, así como la calidad de sus relaciones. También aumentar el número de actividades de ocio y aficiones contribuye a prevenir el síndrome.

Por tanto, son varias las medidas que conviene tomar: ocupar el tiempo que antes se dedicaba a los hijos en actividades de ocio y tiempo libre que resulten agradables; reavivar la vida de pareja y aprovechar esa soledad para recuperar la intimidad y el diálogo que quizás no se podía tener cuando los hijos estaban aún en casa; transformar esta situación en una oportunidad para hacer cosas que no se habían podido hacer; y sobre todo, aceptar la nueva situación, tomando una clara conciencia de que la relación con los hijos cambia, no termina.

Fernando Bermejo

Instituto de Psicología PSICOMED

6 comentarios:

  1. Muy interesante, Fernando. Yo también he pasado por el síndrome del nido vacío varias veces...mmmm...Pero también he perdido un hijo de 29 años (por Esclerosis Lateral Amiotrófica, ELA), y es muy difícil llenar ese vacío. Lo que sí se logra es aceptar que el vacío estará siempre a mi lado, pero que desde algún lado ese ser tan querido me está acompañando en las nuevas actividades que me propuse comenzar y de las cuales disfruto. Gracias por compartir esto. Te sugiero que lo compartas también en Blogueros Mayores, será bienvenido! Abrazos, Sylvia

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  2. Fernando muy bien la exposición que has hecho, en cualquier caso todo depende de la circunstancias ya que en los casos en que tanto el padre como la madre han tenido sus propias actividades el síndrome del nido vacío te aseguro que se minimiza, de ahí lo importante que es el que cada persona busque su propio destino con actitudes y actividades que a lo largo de de la vida les llevará a mantener su autonomía y sobre todo a elevar su autoestima.

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  3. y es que cuando se tienen hijos uno debe pensar que no son propiedad que tienen derecho a su propia vida.. solo los padres que neciacemente olvidan que han sido hijos sufriran en vano...

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  4. Asi es Fernando,el nido vacio lo he vivido con la ausencia de tres de mis cuatro hijos,el menor aún en está en casa con nosotros ,pero la vida sé que lo alejará para que vuele con sus propias alas.
    Nunca dejamos de ser padres aunque esten ausentes porque siempre nos buscan por consejos y permanecen en contacto con nosotros y somos felices porque han crecido y tienen sus propios hogares y son felices y nosotros tambien al verlos ser padres y criar a sus hijos como lo hicimos con ellos,la felicidad nos las dan los nietos,son una bendición y nos alegran la vida cada vez que nos visitan y de alguna manera llenan ese "nido vacio" que dejaron mis hijos.
    Por ahora nos acompaña mi hijo el último,pero luego solamente seremos mi esposo y yo como cuando comenzamos,pero ahora mas grandecitos.. y con mucha experiencia de vida.

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  5. tengo 3 hijos dos de los cuales ya estan casados,hoy experimento la sensacion de nido vacio,mi tercer hijo que es mi compañia y con el que hay una mejor comunicacion pues soy una mama que los ha sacado adelante sola decidio salir del nido en busca de mejores retos,aunque se que sus alas estan fuertes no dejo de sentirme,triste,preocupada y con mi estomago sensible y con anciedad,agradezco un consejo!!

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  6. tengo 2 hijos, mi hija mayor acaba de irse de casa. me está doliendo mucho su ausencia, aunque también me siento tranquila porque veo que es muy feliz con su pareja. yo sabía que éste día llegaría, y me dá gusto por ella, pero aún así, es difícil acostumbrarse a que ya no esté en casa; a no verla dormir en su cama, verla y escuchar todos los días su voz; no hacerme cargo de su ropa, etc. pero espero que el tiempo ayude a superar esto. aún me queda aquí mi hijo menor, al cual quiero disfrutar el tiempo que esté conmigo; y sé que al irse él, será mayor ésta tristeza, pero igual que con su hermana, me reconfortará el hecho de verlo feliz. espero que en el caso de mi hijo, los nietos vengan a llenar el nido vacío; aunque nunca estará lleno del todo, pues de mi hija no tengo la misma esperanza, ya que ella es bisexual, y se fué a hacer su vida con una persona de su mismo sexo. nos ha costado mucho tiempo aceptar su realidad, pero el amor que le tenemos nos ha hecho comprenderla y apoyarla. tal vez ésta situación es la que ahora me tiene con ésta tristeza, pues aunque respetamos su decision y la apoyamos incondicionalmente, no es lo que un padre sueña para sus hijos.

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