CARACTERISTICAS DE LAS PERSONAS DEPENDIENTES
■Excesiva y generalizada necesidad de ser cuidado que conduce a una conducta sumisa y dependiente y el miedo a ser abandonado.
■Se perciben a sí mismos como inadecuados y desvalidos y por ello, incapaces de enfrentarse al mundo solos. El mundo es un lugar frío y solitario donde manejarse uno solo es imposible. Así que reclaman la constante presencia de otra persona. Piensan: “no puedo sobrevivir sin alguien que se haga cargo de mi”, “si mi pareja o padres o amigo me dejan no podré seguir adelante yo sola”
■Son personas que se caracterizan por ser pasivas, sumisas y dóciles. Tratan constantemente de agradar al otro para no ser abandonadas. De ahí que la asertividad y la confrontación con el otro están excluidas de su repertorio conductual. Prefieren la armonía en sus relaciones, y cuando se producen desacuerdos tienden a disculparse inmediatamente, incluso aunque no haya sido su culpa.
■Sus gestos, voz y amaneramientos ocultan una gran falta de confianza en sí mismos, pueden hablar tan suavemente que ni siquiera se les oiga. A veces incluso se vuelven infantiles para atraer el cuidado de los demás.
■Son personas ingenuas, confiadas en los demás, su actitud es muy ingenua a la hora de enfrentarse a las dificultades interpersonales, quitando importancia a los problemas y suavizando las situaciones perturbadoras.
■Al dejar su vida en manos de su pareja, pueden abrumar al otro con sus demandas, volviéndose vulnerables al abandono.
■Exigen activamente que se les acompañe a cualquier sitio al que acuden.
■Reacios a tomar decisiones cotidianas a menos que cuentes con el consejo y apoyo de otras personas. Prefiere que sean los demás los que tomen las decisiones importantes por ellas.
■Suelen estar de acuerdo con todo el mundo, independientemente de lo que ellos opinen. Prefieren estar de acuerdo con los demás que discrepar para evitar conflictos.
■Se preocupan por los demás en exceso, y anteponen la felicidad de los demás a la suya para evitar perderlos. Siempre están ayudando y dando y se comprometen intensamente en las relaciones con los demás, sobre todo con sus cónyuges. Viven su vida a través de los demás y para los demás con quienes son calidas, tiernas y muy consideradas.
■Les cuesta iniciar proyectos o hacer cosas por ellos mismos. Piden consejo continuamente y se unen a personas que percibe como competentes para que les ofrezcan su ayuda y les orienten. No tiene la suficiente confianza como ara encauzar su vida.
■Si se muestran competentes es fácil que los demás les obliguen a dirigir su vida y esto les asusta. Por ejemplo piensan: “si saco el carné de conducir, me veré obligada a llevar el coche yo sola y no podré hacerlo”. Si decido volver a estudiar puede que mi pareja me abandone por no estar suficientemente tiempo con ella”. Así prefieren que las cosas continúen como siempre y estar en una “eterna niñez”.
■Malestar muy intenso cuando están solos, así que pasan por situaciones indeseables con tal de tener la compañía del otro. Piensan que sin el apoyo de los demás están perdidas. Se encierran en sí mismas y se vuelven tensos, tristes y abatidos.
■Se siente fácilmente heridos por la crítica y la desaprobación de los demás.
■Carecen de autoconfianza, no confían en sus posibilidades a la hora de solucionar problemas. Piensan: “no puedo”, “nunca seré capaz de hacer eso yo sola”, “soy demasiado estúpido”, “los demás lo saben hacer mejor que yo”.
■Si las relaciones corren peligro, se vuelven terriblemente conciliadores y se sacrifican en exceso, dando pié a que se abuse de ellos. Dan la impresión de ser débiles y de que la fortaleza es del otro.
■Si una relación termina el dependiente se siente desvalido y desesperado y la única alternativa es encontrar a otra persona de la que puedan depender.
■Las mujeres son más diagnosticadas de este trastorno que los hombres (Bornstein, 1996).
ANDRES CALVO - ESTHER BLANCO - SICOTERAPEUTAS
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