Los Centros de Detección y Control de enfermedades (CDC) de Estados Unidos han emitido una nueva recomendación para todos los denominados “baby boomers”, que son todas las personas nacidas durante el “boom” de natalidad después de la Segunda Guerra Mundial (entre los años 1946 y 1964).
De acuerdo con los CDC, es importante que todas estas personas se hagan la prueba de la hepatitis C para eliminar esta epidemia que usualmente no causa síntomas, pero puede dañar al hígado y provocar cáncer y hasta la muerte. ¿Sabías que la hepatitis C es la causa principal de trasplantes de hígado en Estados Unidos?
El virus de la hepatitis C fue identificado en los 90 y las pruebas de sangre que lo detectan, que comenzaron en 1992, han ayudado a eliminar la infección casi por completo. De todos modos, se estima que todavía hoy hay más de tres millones de personas en Estados Unidos que están infectadas con este virus.
Entre ellas, las tres cuartas partes (es decir más de 2 millones de personas) corresponden a los denominados baby boomers, muchos de los cuales adquirieron la enfermedad a través de transfusiones de sangre.
Actualmente, la principal vía de contagio es compartir agujas infectadas para el uso de drogas, aunque el virus de la hepatitis C puede trasmitirse a través del contacto con sangre infectada en general, lo que incluye:
tener relaciones sexuales sin protección (aunque esto es poco común)
con un tatuaje infectado o mediante el equipo usado para hacer perforaciones en el cuerpo (body piercing)
a través de transfusiones de sangre realizadas antes de 1992 (como es el caso de los baby boomers)
pincharse accidentalmente con una aguja infectada (por ejemplo, un trabajador de la salud)
a través de las diálisis renales
de la madre al bebé, durante el nacimiento.
El problema con la hepatitis C es que en general no da síntomas, por eso hay muchas personas infectadas que no saben que son portadoras de esta enfermedad. Y si bien entre el 15 al 25% de las personas infectadas puede eliminar el virus del organismo sin tratamiento, lo cierto es que entre un 75 y un 85% de las personas que contraen el virus, desarrollan una enfermedad crónica, es decir, de por vida.
Cuando la hepatitis C se vuelve crónica permanece en el cuerpo de la persona y, con el paso del tiempo, puede provocar problemas graves del hígado, como cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer del hígado.
Por eso es importante que sepas prevenir la hepatitis C y, si estás en el grupo de riesgo, que no dejes de hacerte el control de sangre que puede detectar el virus, aún cuando no tengas ningún síntoma.
¿Sabes quienes están en riesgo de estar infectado con el virus de la hepatitis C, además de las personas que han nacido entre 1946 y 1964?
Entre ellas están:
Quienes usan drogas inyectadas o se han inyectado drogas en el pasado.
Las personas infectadas con el VIH.
Quienes tienen alguna enfermedad del hígado.
Las personas que hayan recibido una donación de sangre o de un órgano antes de 1992.
Quienes hayan estado expuestos a sangre contaminada con el virus de la hepatitis C en su trabajo, ya sea con un pinchazo o por algún corte con un objeto afilado.
Las personas que están recibiendo diálisis, las que tienen el hígado graso, diabetes y/o tienen el colesterol elevado.
¿Ya sabes si debes hacerte la prueba de la hepatitis C? Recuerda que para reducir el riesgo de transmisión (contagio), no debes compartir agujas ni equipos para la inyección de sustancias cosméticas, drogas o esteroides.
Tampoco utilices artículos personales que hayan estado en contacto con la sangre de una persona infectada, como navajas de afeitar, cortaúñas, cepillos de dientes o monitores de glucosa, y no te hagas tatuajes ni perforaciones corporales en establecimientos que no estén autorizados o por personas que no estén calificadas.
Además, parte de la prevención y la evaluación incluye hacerse una prueba de sangre de rutina, para analizar las enzimas hepáticas (es decir del hígado). ¡Anímate, que cuidarse es la mejor manera de quererse!
FUENTE:VIDAYSALUD.COM