Desde la dietética naturista se propone eliminar el consumo leche de vaca, reducir el consumo de lácticos y alternar en nuestra dieta las diferentes bebidas vegetales y sustitutos lácticos según nuestras necesidades. La principal motivación de esto es a menudo la intolerancia que produce la lactosa a partir de cierta edad. Según estudios realizados a los EE.UU. por la Escuela de medicina de Johns Hopkins, la lactasa, enzima que degrada (digiere) la leche, pierde su actividad en el intestino delgado entre la edad de un año y medio y cuatro años pudiendo ser esta intolerancia la causa de alergia, problemas cutáneos, digestivos, inmunitarios, etc.
Pero además, los lácticos son una mala fuente de calcio para el organismo humano.
El doctor americano William Ellis, afirma que tras realizar más de 25000 análisis de sangre, encontró que los niveles más bajos de calcio correspondían a personas con la costumbre de tomar tres, cuatro o cinco vasos de leche al día.
Un extenso estudio epidemiológico realizado a la China Popular y Taiwán sobro varios centenares de factores alimentarios, psicológicos y sociales, demuestran, entre otros cosas, el papel desmineralizante de la leche animal en el adulto humano. Cuando los chinos (no consumidores de lácticos) introducen la leche en sus dietas, se produce un aumento de la osteoporosis. Este hecho parece paradójico, dado que los chinos que beben leche consumen cuatro veces más calcio que los chinos que no la ingieren.
Estos resultados no nos tendrían que sorprender, puesto que es bien conocido que la osteoporosis es una disfunción de los países occidentalizados, que son precisamente grandes consumidores de productos lácticos (que supuestamente previenen la degeneración ósea por la aportación de calcio).
Según el equipo de Hsiu y Funk (Universidades de Taipeh y Los Ángeles), la osteoporosis aumenta de forma espectacular en aquellas personas que sin haber tomado nunca leche animal, empiezan a tomarla. Esta pérdida de calcio puede ser debida a la acidez transitoria producida por el exceso de proteínas de los lácticos.
Varias experiencias propias y de otros profesionales dedicados a la medicina natural, apuntan a que la incidencia de enfermedades asmáticas en grandes bebedores de leche y consumidores de lácticos es más elevada. Estas experiencias han demostrado que al suprimir completamente los lácticos, han disminuido rápidamente el consumo de cortisonas y en la mayoría de casos se ha conseguido dejar de tomar dado que los ataques asmáticos han ido desapareciendo.
Además, el calcio es generalmente mejor asimilado y utilizado por el cuerpo cuando es ingerido en una relación aproximada 2:1 respeto al fósforo, y los lácticos tienen contenidos relativamente altos de fósforo en relación al calcio. Por otro lado, hay que tener en cuenta que un exceso de calcio se puede acumular a los riñones produciendo cálculos o en el sistema cardiovascular produciendo ateromas (acumulaciones minerales que obstruyen las arterias).
Si realmente nos preocupa tener un aportación óptima de calcio en nuestra dieta, lo que tendríamos que hacer es prestar más atención a los productos que alteren el metabolismo del calcio en lugar de tomar más lácticos.
Falsas creencias sobre la leche
En realidad, podemos alimentarnos perfectamente, sin tener carencias de ningún tipo, prescindiendo de los lácticos.
Pero menudo nos encontramos, con “la necesidad” de sustituir los lácticos por otros alimentos. Esta supuesta necesidad responde principalmente a tres razones:
v la creencia que tiene un alto valor nutritivo,
v la preocupación por el calcio,
v y el aferramiento psicológico del amamantamiento de la madre.
Efectivamente la leche animal aporta muchos nutrientes (más bien en exceso), pero estos no son adecuados para la alimentación humana, claro está que no son iguales las necesidades de un bebe humano y las de un ternero, por ejemplo. Ahora bien, la mejor leche que puede recibir un niño humano es la de la madre (mientras es lactante).
Respecto al calcio, nos tendríamos que preocupar más de las pérdidas que del suministro e incluir en la dieta una buena cantidad de verduras (coliflor, brócoli), cereales (avena, cebada, trigo), semillas (sésamo), frutos secos (almendras, avellanas), etc.
Para aquellas personas que tienen la necesidad de seguir tomando un líquido blanco de sabor dulce suave, hay en el mercado una amplia variedad de "leches" vegetales. Podemos obtener sabrosas y nutritivas "leches" de arroz, avena, almendras, avellanas, sésamo y soja entre otros. Las venden preparadas, pero también se pueden hacer en casa.
De las dos formas hará falta que nos aseguremos que la materia primera sea de origen biológico y sea lo más integral posible.
Además estos zumos vegetales se pueden utilizar a la cocina como condimento para elaborar los platos que normalmente acostumbrábamos a hacer con leche.
Otro motivo para suprimir la leche animal es que actualmente esta se encuentra llena de antibióticos, hormonas y otros sustancias químicas añadidas en el alimento del animal (generalmente vacas).
Otra motivación muy habitual para tomar bebidas vegetales y no leche animal, es la mayor facilidad de digestión de las primeras.
La mayor parte de personas que pasan de la leche de vaca a la vegetal manifiestan estar encantados puesto que observan como se deshinchan y como sus digestiones ya no son tan lentas.
Los casos de estreñimiento, diarrea, colon irritable y alergias son algunos de los que más se benefician de este cambio.
Una buena opción es mezclar estas bebidas vegetales con copos de avena, de trigo o cualquier otro cereal en el desayuno.
Para aquellas personas que sientan la necesidad de tomar el café con leche (combinación muy desaconsejable), hay la opción de tomar alguna de las bebidas vegetales mencionadas con chicoria (Cichorium intybus) (planta medicinal que podemos encontrar tostada como sustituto del café). También son buenas alternativas las cremas vegetales en sustitución de la crema de leche en recetas que la requieran, por ejemplo en la elaboración de postres.
Tipos de leches vegetales
Las leches vegetales están de moda y con razón. Nuestros trabajos son cada vez más sedentarios y necesitamos alimentos que además de aportarnos nutrientes nos hagan sentir mejor. La sensación de no estar hinchados o embutidos serán unos de los primeros beneficios. A continuación, aparecen en detalle qué propiedades tiene cada una y veremos por tanto cuál nos conviene más.
Bebida de soja
Es la bebida vegetal con mayor contenido en proteínas, menos grasa y por lo tanto más baja en calorías. Es rica en lecitina, sustancia que nutre a los nervios y ayuda a disminuir el colesterol en sangre.
De todas formas, desaconsejamos su uso diario, por ser un alimento de otras tierras, por la posibilidad de que sea transgénico y por las sospechas aparecidas en diversos estudios. Otra desventaja es la menor proporción de calcio, la cual podemos compensar consumiendo sésamo, vegetales de hoja verde, brócoli, sésamo y lácticos fermentados como el yogur o el kèfir.
Tiene la característica de ser refrescante y muy digestiva, ideal para personas de digestiones lentas o estómago delicado. Aporta magnesio y ácidos grasos poliinsaturados que mantienen limpia la circulación sanguínea de depósitos grasos, es hipotensora, antidiarreica y depurativa ayudante a reducir los niveles de ácido úrico en sangre. Es la bebida es recomendable para personas alérgicas. En su elaboración sólo se utiliza aceite de cártamo (Carthamus tinctorius) para darle un sabor parecido a la leche de vaca y un poco de sal marina como conservante natural con lo cual una vez abierta tiene que guardarse a la nevera y consumirse entre 5 y 7 días. Es la bebida vegetal más recomendable durante los meses de verano.
Bebida de avena
La avena es un cereal de grandes propiedades nutritivas de entre las que destaca sus ácidos grasos esenciales y su alto contenido en Vit. B1 (tiamina), hierro, manganeso y oligoelementos. Es de delicado sabor y textura cremosa, de forma que se suele utilizar también para espesar cremas, salsas e incluso hacer mayonesa, sustituyendo el huevo por la leche de avena. Es la bebida vegetal más indicada para personas estresadas, que padecen insomnio y alteraciones digestivas de origen nervioso, ayuda a serenarse gracias la aportación de vitaminas del complejo B y combate eficazmente la retención de líquidos.
Se trata pues, de un gran equilibrador nervioso y ayuda a la regeneración de los tejidos.
Es la bebida vegetal que más aconsejamos como sustituto de la leche, puesto que conviene a todo el mundo (excepto celíacos).
También es recomendable para quién practica deportes, excursionismo y personas de la tercera edad.
Cuando se utiliza como leche hace falta agitar bien el cartón y a veces diluirla con un poco de agua para hacerla más líquida.
Bebidas de almendras i avellanas
Pueden encontrarse tanto en pasta (para diluir en agua caliente) como tretabrik ya preparadas para consumir. Estas dos bebidas al proceder de frutos oleaginosos son mucho más energéticas, aportando más calorías y azúcares de rápida absorción.
Por otro lado, estas bebidas son excelentes fuentes de minerales como calcio, fósforo y potasio, así como vitamina A y ácido pantoténico (vitamina B5). Es importante evitar las que están endulzadas y preferir aquellas sin edulcorar.
Son las bebidas vegetales especialmente indicadas para niños, adolescentes, convalecientes y madres lactantes.
FUENTE:medinatural.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario